
Mis pies se balancean,
errantes, solos,
sobre el abismo.
enfrente, la nada,
debajo, el vacío.
Una figura contra la niebla,
Soy yo
meciendo mi alma
al borde del precipicio.
Un hedor dulzón
brota de sus entrañas
un suave susurro
sisea insinuándose a mis sentidos
Quiero huir de su hechizo
deshacerme de su abrazo
alejarme de su beso
pero me hipnotiza…
tu espejismo
Sucumbir a sus encantos:
Un paso al frente
una vertiginosa caída
hacia el atrayente lecho corrupto
de lo más profundo del abismo
Sentir… que tú también estuviste aquí
Que la niebla te rodeaba
como me rodea a mí
Que esa niebla brotaba de tu corazón
como lo hace ahora del mío
Saber… que volverás un día aquí
Y entonces yo volveré corriendo
A columpiarme otra vez, a tu lado
Al borde mismo del precipicio
Y encadenaremos nuestras almas
Y entrecruzaremos nuestras manos
Y meceremos nuestra tristeza
sobrevolando el vacío
Mis pies se balancean,
sobre el abismo
Tú, no estás
Yo, errante, sola
Enfrente, la nada
Debajo, el vacío
De pronto, llueve.
Llueve, la vida.
Su agua, me moja.
Mi vida, resbala por mis mejillas
Una lágrima brota, gime, vibra en la caída
La oigo quebrarse…
Allí abajo
En el perverso fondo
En el negro infinito
errantes, solos,
sobre el abismo.
enfrente, la nada,
debajo, el vacío.
Una figura contra la niebla,
Soy yo
meciendo mi alma
al borde del precipicio.
Un hedor dulzón
brota de sus entrañas
un suave susurro
sisea insinuándose a mis sentidos
Quiero huir de su hechizo
deshacerme de su abrazo
alejarme de su beso
pero me hipnotiza…
tu espejismo
Sucumbir a sus encantos:
Un paso al frente
una vertiginosa caída
hacia el atrayente lecho corrupto
de lo más profundo del abismo
Sentir… que tú también estuviste aquí
Que la niebla te rodeaba
como me rodea a mí
Que esa niebla brotaba de tu corazón
como lo hace ahora del mío
Saber… que volverás un día aquí
Y entonces yo volveré corriendo
A columpiarme otra vez, a tu lado
Al borde mismo del precipicio
Y encadenaremos nuestras almas
Y entrecruzaremos nuestras manos
Y meceremos nuestra tristeza
sobrevolando el vacío
Mis pies se balancean,
sobre el abismo
Tú, no estás
Yo, errante, sola
Enfrente, la nada
Debajo, el vacío
De pronto, llueve.
Llueve, la vida.
Su agua, me moja.
Mi vida, resbala por mis mejillas
Una lágrima brota, gime, vibra en la caída
La oigo quebrarse…
Allí abajo
En el perverso fondo
En el negro infinito
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