
27 de enero de 2008
Mi propio jardín

25 de enero de 2008
Y eso a tí, ¿quién te lo prometió?
Yo creí. Nadie más. La vieja idea del "no hay nadie insustituible" entró a jugar sus cartas en la partida... pues hubo quien me sustituyó en esa superficie, alguien que se podía tocar, que se podía acariciar, que se podía palpar...día a día. Y otras personas se cruzaron en el camino, y otras circunstancias, y otras vidas...
La decepción es uno de los más crueles sentimientos que jamás he vivido...
Y lo peor de todo, es que es inevitable.
Hay quienes sé que adoptan la cobarde postura de no esperar nunca nada de nadie. Así, creen librarse de las posibles decepciones posteriores. Yo no comparto esa postura. Y aunque la creyera adecuada, el problema es que soy incapaz de adoptarla, de llevarla a cabo.
Porque no puedo evitar esperar unos determinados comportamientos de quienes me rodean. Soy absolutamente incapaz de refrenarme en mis esperanzas, en mis sueños, en mis ilusiones... Esta incapacidad me transtorna cada día, pues conlleva decepciones que quedan clavadas en mi corazón, rasgándolo como espinas durante días, meses o incluso años... Pero por otro lado, me esperanza. Y me alegro de que así sea: me alegro de seguir esperando cada día. A pesar de los disgustos pasados, a pesar del dolor ya vivido, me alegro de seguir teniendo todavía la pureza, casi me atrevería a decir de seguir manteniendo la inocencia necesaria para seguir confiando, para seguir soñando... que esta vez será diferente, que no me decepcionarán, que mi alma obtendrá por fin aquello que ansía... Y por ello, me encuentro una vez más creyendo en promesas que nadie ha pronunciado...Pero ese hecho me da esperzanzas porque pienso que después de todo, quizás no soy tan mala; que aún puedo salvar mi alma inmoral del fuego eterno...
Mi postura frente al "no esperar nada de nadie", es precísamente la contraria: esperar con más fuerza cada día. Esperar... a que te traicionen de nuevo.
Y entonces, cuando llega una vez más el imparable sentimiento de la decepción, te das cuenta... de que jamás nadie te prometió nada. Y el día en que vea mis esperanzas una vez más quebrantadas (pues sé que ese día llegará), recordaré que, en verdad, soy sólo yo la que se traiciona. Y me daré cuenta de que los amigos, no son psicólogos; de que el "sobran las palabras" muchas veces no basta, pues tampoco son videntes, y hay cosas que hace falta decirlas; de que no me han traicionado, puesto que no sabían que yo esperaba aquello, y aún menos con tanta intensidad, con tanta fuerza...
Si ha habido traición, ha sido únicamente... la de mis propios sueños.
Pues a mí eso, ¿quién me lo prometió?
Nadie lo hizo.
Sólo yo, que lo esperaba.
18 de enero de 2008
Volver a ver Collserola

y hoy te vuelvo a mirar.
y ya pienso en regresar,
un ensueño, la sensación
de que ya no me dominas,
y hoy te vuelvo a mirar.
Sigues allí, desafiándome,
5 de enero de 2008
Sound of silence
Hello darkness, my old friend,
I've come to talk with you again,
Because a vision softly creeping,
Left its seeds while I was sleeping,
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence.
In restless dreams I walked alone
Narrow streets of cobblestone,
'Neath the halo of a street lamp,
I turned my collar to the cold and damp
When my eyes were stabbed by the flash of a neon light
That split the night
And touched the sound of silence.
And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more.
People talking without speaking,
People hearing without listening,
People writing songs that voices never share
And no one dare
Disturb the sound of silence.
'Fools' said I, 'You do not know
Silence like a cancer grows.
Hear my words that I might teach you,
Take my arms that I might reach you.'
But my words like silent raindrops fell,
And echoed In the wells of silence
And the people bowed and prayed
To the neon god they made.
And the sign flashed out its warning,
In the words that it was forming.
And the sign said, 'The words of the prophets
are written on the subway walls
And tenement halls.'
And whisper'd in the sounds of silence
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Llega el periodo de exámenes...y ésta es una auténtica época de silencio para mí.
Silencio habrá en el blog, porque aunque precísamente en estas situaciones es cuando mis pensamientos dan vueltas y más vueltas en mi cabeza, y deambulan por terrenos inóspitos, prohibidos y perversos, por donde no deberían... intentaré retenerlos, para volcarlos aquí después de este periodo de silencio.
Pero sobre todo, es una época de silencio porque implica que debo acallar mis comentarios. Debo silenciar aquellos discursos míos que podrían herir las frágiles sensibilidades ajenas. Porque en esta época, en que todos a mi alrededor hablan, gritan, lloran, demuestran su histeria... parece que yo no tengo derecho a comportarme del mismo modo. Porque por alguna extraña razón, se asume que yo no padezco de esos mismos males.Porque yo no tengo derecho a estresarme, a deprimirme, a histerizarme.... Y yo, desde aquí, reclamo una vez más ese derecho. Reclamo el derecho a llorar, a sentirme infeliz, a estar triste...Reclamo el derecho a ser débil, a necesitar cariño, un abrazo, un mensaje, un beso...
Sin embargo, aunque, indiferentes, nadie más lo oiga, yo sí escucharé mi "sound of silence"...