29 de julio de 2008

Algo que leí en el salón de una casa...


If you find a person in your life
That understands you completely
That shares your ideas
And that believes in everything you do,
You will always look
Forward to the night
Because you will never be lonely.



Susan Polis Schutz

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And if you find that person, and look forward to the night... cause you enjoy forcing loneliness??

Viajes(IV) MI PRIMERA FANTA DE NARANJA


No me gusta la Fanta, ni la coca-cola. Nunca las he tomado. Desde pequeña, yo era la niña que bebía zumo (un clásico: de melocotón primero, de piña al crecer). Ahora, soy la chica del Nestea cuando todos beben coca-cola.

Hoy tomo mi primera Fanta de naranja.
Tengo 2 horas por delante, esperando (siempre sola) en una estación.
Valencia, mediodía. Debo refugiarme del implacable sol.
Me siento en la cafetería
Pido Fanta de Naranja.
Cuestión de economía.

Me siento entre esa recién conocida Fanta, y mi libro. Extrañamente, no leo: canto. Suena música de hace dos, tres, cuatro veranos. La de este verano, no la conozco. Algunas de aquellas canciones parecen despertar un automatismo en mí: mis cuerdas vocales parecen recordarlas. No sé bien cómo ni por qué. Música…en español. Estoy en España
Y canto en voz medio-alta, sola, en la cafetería de una desconocida estación.

Sólo me acompaña, cual fiel vieja amiga, alguien a quien conocía hoy.
Frente a mí, mi compañera de espera, hasta hoy menospreciada, hoy amiga verdadera.

Mi primera Fanta de naranja.


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Moraleja: Nunca hay que despreciar a nadie, nunca se sabe quién estará a tu lado en los malos momentos, cuando estés solo y necesites a alguien. Quizás quien menos esperas.




Viajes (III) ESPERAS


Esperar 2 horas en una estación, esperar 2 horas deambulando por una conocida o desconocida ciudad, esperar 2 horas sentada en un puerto, esperar 2 horas viendo cómo despegan aviones que no son el mío… arrastrando maletas, bolsos y mochilas.

No me importan esos transbordos, esas esperas.
Porque llevo un libro en la mochila. Es mi escudo.

Nada puede molestarme, nada puede hacerme daño.

Dadme un libro…y recorro el mundo.

Un escudo en la mochila.
Llevo un libro en la mochila.


Viajes (II) CUADERNO




Estoy viajando sin mi cuaderno. Por eso, escribo en una hoja, arrugada, venida de la nada. Sacrilegio. Nunca más.

¿Qué soy yo sin mi infantil cuaderno escolar de tapas rojas?
Nada soy.
Un pintor sin pincel, un pianista si piano, un cantante sin voz.

Un alma errante, más errante sin él.

Nunca volveré a viajar sin mi cuaderno…

(Nos necesitamos. Mi tormento se vacía en sus páginas, que viven de mis ensueños)

De tapas rojas.

La inspiración llega sin avisar. En momentos como éste. Bajo un sol de plomo, arrastrando una maleta, cargando con una mochila. Sol imprevisto, sol de mí olvidado.
Cubro mi cabeza con un pañuelo. Mis rubios cabellos escapan de su prisión, se rebelan, me delatan. Me escondo del sol bajo ese pañuelo.

Y allí, sol abrasador sobre mi cabeza (miento, sobre mi pañuelo, “rebeldes mechones rubios escapando su prisión”), una llamada interrumpe mi ensueño.

Y allí, se decide en un instante mi futuro inmediato.

Sin tan siquiera llevar encima mi cuaderno…
De tapas rojas.

28 de julio de 2008

Viajes (I) TARRAGONA



Un sol que hiere, que abofetea con la ira retenida de milenios enjaulados a quienes osan desafiar su poder, paseando sin temerlo, desafío intrépido, bajo su magnífico poder. Poder en su cúspide, mediodía, acabando julio. Un paseo marítimo enmarcado en puerto donde el sol desahoga frustraciones pasadas. Una playa sin sombra- una ciudad sin sombra-.


Inspiración “cumba”: Me siento en un borde, sola. Espero un tren, que me lleve lejos de mis pensamientos. Contemplo el mar…


El mar…
Unos chicos pasan, me dicen “hello”. Sí, yo no soy de aquí. Soy de muy lejos… No soy de aquí, ni de ningún otro sitio. No soy de nadie. Mercenario sin patria. Viajero que no recuerda la estación de partida, pero que persigue el espejismo de una llegada – y eventualmente el espejismo de alguien que estará esperando recoger sus maletas en esa estación imaginada: una fantasía…-.


El mar…
Viajando sola, intentando huir de ese enemigo cruel que me persigue avanzando a pasos implacables, sin dudarlo me sigue por más que yo corra, vuele, huya delante…mis recuerdos, mis pensamientos. Intentando huir de allí de donde vengo. De un lugar que dejé miles de kilómetros detrás y aún, incansable, me persigue, y yo, corro…más lejos. Cojo trenes, uno tras otro, siempre sola, siempre huyendo.

Mientras tanto contemplo (al fin) el mar.
Sus olas se rompen contra la playa. Mi corazón se rompe en el infinito. Incluso el mar termina, con un final trágico, pero finito. Mis penas, sin embargo, no terminan…sino en el absurdo del infinito.


Frente a mí, el mar.
Detrás de mí, los trenes corren veloces.
Pronto dejaré esta visión: guiaré mi cuerpo, cambiaré mi rumbo. La huida está unos metros, sólo unos metros detrás de mí.

Siempre sola.
Espero.
Contemplo el mar.

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En el momento de publicar este post, estoy leyendo “Océano mar”, de Baricco. No sé si existen las casualidades, pero aseguro que este escrito lo escribí ANTES de comenzar la lectura de ese libro… “Océano mar”…recomendado para corazones románticos, para corazones músicos. No sabría decir si es prosa o poesía, si es literatura o si es música, pues ese libro parece no estar “escrito” sino “compuesto” como un compositor compone un tema con variaciones… Un libro para almas melancólicas, para almas depresivas. Como sus protagonistas….mi alma podría haber sido quizás una de sus protagonistas…la cura, ya la intuía. Quizás por ello hacía muchos tiempo que corría hacia ella. Y llegué a ella…

Pues mientras espero contemplo (al fin) el mar.




(Repito, todo escrito antes de “Océano mar”… 22 de Julio de 2008)