28 de julio de 2008

Viajes (I) TARRAGONA



Un sol que hiere, que abofetea con la ira retenida de milenios enjaulados a quienes osan desafiar su poder, paseando sin temerlo, desafío intrépido, bajo su magnífico poder. Poder en su cúspide, mediodía, acabando julio. Un paseo marítimo enmarcado en puerto donde el sol desahoga frustraciones pasadas. Una playa sin sombra- una ciudad sin sombra-.


Inspiración “cumba”: Me siento en un borde, sola. Espero un tren, que me lleve lejos de mis pensamientos. Contemplo el mar…


El mar…
Unos chicos pasan, me dicen “hello”. Sí, yo no soy de aquí. Soy de muy lejos… No soy de aquí, ni de ningún otro sitio. No soy de nadie. Mercenario sin patria. Viajero que no recuerda la estación de partida, pero que persigue el espejismo de una llegada – y eventualmente el espejismo de alguien que estará esperando recoger sus maletas en esa estación imaginada: una fantasía…-.


El mar…
Viajando sola, intentando huir de ese enemigo cruel que me persigue avanzando a pasos implacables, sin dudarlo me sigue por más que yo corra, vuele, huya delante…mis recuerdos, mis pensamientos. Intentando huir de allí de donde vengo. De un lugar que dejé miles de kilómetros detrás y aún, incansable, me persigue, y yo, corro…más lejos. Cojo trenes, uno tras otro, siempre sola, siempre huyendo.

Mientras tanto contemplo (al fin) el mar.
Sus olas se rompen contra la playa. Mi corazón se rompe en el infinito. Incluso el mar termina, con un final trágico, pero finito. Mis penas, sin embargo, no terminan…sino en el absurdo del infinito.


Frente a mí, el mar.
Detrás de mí, los trenes corren veloces.
Pronto dejaré esta visión: guiaré mi cuerpo, cambiaré mi rumbo. La huida está unos metros, sólo unos metros detrás de mí.

Siempre sola.
Espero.
Contemplo el mar.

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En el momento de publicar este post, estoy leyendo “Océano mar”, de Baricco. No sé si existen las casualidades, pero aseguro que este escrito lo escribí ANTES de comenzar la lectura de ese libro… “Océano mar”…recomendado para corazones románticos, para corazones músicos. No sabría decir si es prosa o poesía, si es literatura o si es música, pues ese libro parece no estar “escrito” sino “compuesto” como un compositor compone un tema con variaciones… Un libro para almas melancólicas, para almas depresivas. Como sus protagonistas….mi alma podría haber sido quizás una de sus protagonistas…la cura, ya la intuía. Quizás por ello hacía muchos tiempo que corría hacia ella. Y llegué a ella…

Pues mientras espero contemplo (al fin) el mar.




(Repito, todo escrito antes de “Océano mar”… 22 de Julio de 2008)

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