"Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar."
Aclaración sobre el post anterior (22 agosto)
La frase me hizo pensar en cómo muchos "huímos" de nuestro país y descubrimos otros que, deslumbrados, nos parecen mejores... Como pequeños conejillos de indias saliendo de la madriguera sacamos nuestras orejillas, nuestros ojitos, miramos primero temerosos con el cuerpecito todavía en la madriguera. Hasta que, poco a poco, vamos venciendo ese miedo, sacamos el cuerpo de su seguro escondite, damos un pasito, otro...nos alejamos de la que durante mucho tiempo fue nuestra casa. Hasta que nos atrevemos a aventurarnos a descubrir mundo, y entonces corremos más y más lejos, volviendo la vista atrás al principio.... sin girar ni un instante la cabeza al final.
Nos sorprenden esos nuevos mundos, creemos estar (quizás verdaderamente estamos) más a gusto en ellos que en el nuestro... hasta el punto en que olvidamos nuestra primera intención (que siempre fue volver) y decidimos al contrario.... quizás nunca regresar.
La frase del post me hizo pensar que en lugar de escondernos, de huir, de "excusarnos" en lo que no nos gusta del lugar de donde venimos para no volver allí, podríamos tomar la responsabilidad de volver e importar todo aquello que creemos que debería cambiarse, por mucho que a priori pensemos que es difícil, imposible, que nunca llegaremos a conseguirlo. Pero es nuestra responsabilidad intentarlo.
He de añadir que no soy patriota. Todo lo contrario. Nunca lo he sido.
Ni nacionalista, en ningún sentido: ni unionista ni separatista. Aunque entiendo estas posturas, no me identifico con ellas.
Yo no le debo nada a un trozo de tierra, a una "patria"... Puedo deber cosas a quienes en ella encontré, a quienes me enseñaron todo mientras caminábamos de la mano sobre ella...pero no a la tierra misma. Inerte, fue sólo un suelo (a veces sin demasiado abono) sobre el que fui imprimiendo mis huellas.
Para expresar mi opinión frente a los nacionalismos, siempre me viene a la cabeza este fragmento de la "Canción del pirata" de Espronceda.
(...)
«Allá muevan feroz guerra,
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.»
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario